No es el todo pero está ahí. Forma parte de nosotros y de nuestra naturaleza, esto es innegable. Nos lleva de la satisfacción de la conquista a la ruina de la derrota. Nos acompaña. Hace posible el avance de las posturas por encima de los niveles mínimos de satisfacción. Moviliza. Dinamiza.
Parece que no preocupa, es una guerra fría. Sí, a veces lo hace. El embate da vida. Más que la posición final, las jugadas que acarrea esta competición. Muchas veces, también, no gusta nada. Sufrimos con las derrotas o en las pequeñas triquiñuelas del contrario, que no lo aguantas en esos momentos aunque ese contrario sea tu mejor amigo o tu novia o incluso tu padre. No es bueno estar acostumbrado, envilece. Hay que mantener el tipo, seguir adelante. Mostrar seguridad, calma en el trote a caballo de batalla.
Una noche de copas, varios amigos, una sola chica guapa. Sonrisas y cortejos acompañan la lidia. Lo que podría ser precioso, conocer a alguien y tratar de hacerlo con calma, se convierte en un juego del ratón y el gato.
Puede apenar la derrota del adversario cercano cuando de ligar hablamos porque ligar no es del todo una competición. Es poner en juego sentimientos también. Es más complejo que una partida de basket.
En los deportes la competi no se puede dejar a un lado, inyecta la fuerza, estimula la respiración ahogada.
En el trabajo es sano promoverla hasta cierto punto. Conviene participar de alguna forma. Ser consciente de nuestra naturaleza jugadora. Si la olvidamos, es posible que nos convirtamos en funcionetas ventanilla o en criticones horrendos, exacerbados.
He perdido esta partida y estoy jodido. ¿Te apuntas a otra?
Parece que no preocupa, es una guerra fría. Sí, a veces lo hace. El embate da vida. Más que la posición final, las jugadas que acarrea esta competición. Muchas veces, también, no gusta nada. Sufrimos con las derrotas o en las pequeñas triquiñuelas del contrario, que no lo aguantas en esos momentos aunque ese contrario sea tu mejor amigo o tu novia o incluso tu padre. No es bueno estar acostumbrado, envilece. Hay que mantener el tipo, seguir adelante. Mostrar seguridad, calma en el trote a caballo de batalla.
Una noche de copas, varios amigos, una sola chica guapa. Sonrisas y cortejos acompañan la lidia. Lo que podría ser precioso, conocer a alguien y tratar de hacerlo con calma, se convierte en un juego del ratón y el gato.
Puede apenar la derrota del adversario cercano cuando de ligar hablamos porque ligar no es del todo una competición. Es poner en juego sentimientos también. Es más complejo que una partida de basket.
En los deportes la competi no se puede dejar a un lado, inyecta la fuerza, estimula la respiración ahogada.
En el trabajo es sano promoverla hasta cierto punto. Conviene participar de alguna forma. Ser consciente de nuestra naturaleza jugadora. Si la olvidamos, es posible que nos convirtamos en funcionetas ventanilla o en criticones horrendos, exacerbados.
He perdido esta partida y estoy jodido. ¿Te apuntas a otra?